El dolor atraviesa mi vientre
y siento algo romperse.
Las 20:48: me desangro.
De mi cuerpo brota la sangre,
también los miedos,
las preocupaciones.
Me desprendo de aquello que no quiero,
que ya sobra.
Mi cuerpo es un bosque:
lo atraviesa un río carmesí,
lo habitan mil sentimientos.
Un bosque que quizá un día desaparezca
pero que hoy,
ahora,
florece lleno de vida.
Un jardín en el pecho.
ResponderEliminarTodos los jardines.
Qué pena regar algunos jardines con tantas lágrimas. Quizá se inunden.
EliminarQué pena regar algunos jardines con tantas lágrimas. Quizá se inunden.
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