Un hombre sostiene mi mano entre las suyas con fuerza, no quiere que me vaya.
Un hombre llora: tiene miedo, sufre.
Un hombre me pide que no me aleje de su lado, que le aterran las pesadillas.
Un hombre grita en sueños, se ahoga.
Un hombre llama a su hija muerta: la echa de menos.
Un hombre me dice que está perdiendo la cabeza, que ya no se acuerda de nada.
Un hombre ha perdido recuerdos pero aún me llama por mi nombre.
Este hombre me parte el corazón cuando, entre lágrimas, me pide que no lo deje solo, que siente que se muere.
Este hombre es mi abuelo y sus dedos siguen aferrados a los míos.
Lo último que recuerdo de Ka es cómo me aferré a su mano, pidiendo, sin palabras, que por favor se quedara conmigo. Las despedidas tienen fuerza en las manos, nudillos blancos y mares de lágrimas.
ResponderEliminarCómo de dentro he sentido este escrito no lo sabe nadie, sólo quien ha vivido algo parecido.
abrazos fuertes ♥
Y cuánto duelen.
ResponderEliminarMil besos, While
Otra puñalada hecha de palabras.
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