jueves, 10 de septiembre de 2015

Té para curar estómagos tristes y cansados.

Desayuno infusiones. Mamá dice que curan.
No puedo comer. Los nervios han anidado en mi estómago y han dejado heridas.
Abiertas y sangrando.
Mi cuerpo es un montón de heridas. Todas tienen nombre. Todas están siempre abiertas.
Lo que ocurre es que el tiempo pasa y ya no sangran y simplemente las heridas permanecen ahí, abiertas y secas, recordando. Recordándome qué pasó, qué hice mal.

El sufrimiento es opcional. Mentira.

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