Otra vez agosto.
Otra vez hospital.
Otra vez un médico distinto.
Otra vez las mismas preguntas:
qué te duele,
dónde te duele,
por qué te duele,
cuándo te duele,
¿tanto te duele?
Otra vez pregunto qué puedo tomar:
¿hay algo para este dolor?
Otra vez no saben, no contestan.
Otra vez miro a mamá:
odio la enfermedad.
Otra vez miro al doctor de turno:
odio mi fragilidad.
Odio no saber qué me pasa,
odio haber envejecido tan pronto.
Otra vez "vuelve el año que viene".
Ya odio el agosto que viene.
Revisando los libros de tu galería he visto el link en tu biografía.
ResponderEliminarNo sabía de la existencia de este blog y por aquí me quedo.
Mucho, mucho, mucho ánimo. Pero mucho.
Mil gracias, bonita.
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